domingo, 24 de abril de 2016

¿Adelgazamiento saludable?

La misma sociedad que no te enseña jamás a nutrirte ni a comer de manera conveniente pretende después ayudar a que adelgaces convenientemente. Es curioso hasta la saciedad que la misma sociedad que te vende productos que son capaces de doblar el peso de en niño en pocos meses con las grasas animales con que se fabrican esos productos, no sean capaz de organizar dentro del proceso educativo una materia que brinde al alumno la posibilidad de saber todo lo que precisa para una alimentación saludable. 
Esa misma sociedad, por el contrario, sí que admite y promueve y potencia un adelgazamiento a base de dietas de toda índole y que sólo resultan ser a la postre un engaño o la manera que pocos saben enriquecerse como siempre, con el mal de la pobre educación en lo más importante para nuestro organismo. 
El mito del adelgazamiento rápido y saludable, lo llamaríamos y que vende a lo largo y ancho de mundo una infinidad de ediciones de libros dietéticos “naturales” escritos por “terapeutas naturalísticos” y vende, a la par, otra recua de infinidad de alimentos afines a la dieta distintiva.
Si lees algunos de esos libros con afán de adelgazar de una manera pronta te das de bruces con la depuración de la mañana: una serie de bebedizos brujeriles y alquímicos que coadyuvan a alcanzar el límite de la perfección de las chicas de pasarela. El limón sólo en la mañana con una cantidad de agua o la mezcla de limón con apio y ajo y algún que otro escondido ingrediente secreto, disuelven la grasa corporal sin necesidad de más nada en nuestra dieta ni en nuestra vida activa. El caso es muy triste porque si da la casualidad de que el obeso o yo nos pesamos en la mañana y vemos una disminución en los kilos de la báscula, pensamos que ya que hemos descendido en el peso no está de más ni de menos celebrarlo con una buena dosis de grasas trans.
Entonces le da un vistazo a la dieta y le obliga a comer básicamente proteínas, sin ir más allá de Dunkan, y que deje en el olvido del ser los hidratos de carbono y que éstos, sean sustituidos por una especie de pan sin pan que se denomina cloud bread, nube, para dar la impresión de ligero, que es soso, y que puede ser rellenado de cualquier cosa porque no posee calorías. Claro si algo no aporta calorías rellenémoslo de cualquier cosa, porque seguirá sin aportar calorías. Así piensa quien quiere adelgazar. Sustitutivos para las comidas y sáltese algunas, con la esperanza que al no ingerir calorías se disminuya el peso. Sin tener en cuenta, por supuesto, que el cuerpo propio en su sutil sabiduría generará ansiedad protocolaria que nos impele a comer sin glamour.
He ahí el momento de la barrita sustitutiva, del bebedizo sustitutivo, y que no generará kilos en nuestro organismo. Lo malo es que todo este apocalipsis nutricional viene amparado por la etiqueta de saludable y se pone a la venta con el preceptivo “científicamente avalado” y nadie sospecha del engaño y aunque se tenga la sospecha de que no es así, los beneficios que reporta y el prestigio social son suficientes para mantener un dúctil silencio.

La pregunta es, ¿no sería mucho mejor aportar el beneficio educativo en la propia escuela para que todos aprendan a comer nutritivamente y de manera saludable y no tener que añadir el término saludable según propia definición de quien escribe, a la palabra dieta en la sabiduría de que no hay dieta saludable?

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